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Quién es esa niña. Es una niña hermosa. Una niña bella. Qué pechos tiene. Es una verdadera virgencita. Una virgencita del Río de la Plata. Qué pechos tiene. Ah. Remedios. Remedios de Escalada. La hijita del burgués gentil hombre comerciante adinerado hombre influyente casi millonario. El suegro ideal. El suegro ideal para un soldadote de 34 años que tiene que mentir ciertos cargos para conseguir otros. Yo el teniente coronel San Martín. Que llegó en el George Canning. Yo. El de la logia tres de los caballeros racionales. El pariente de Alvear. Yo. El que no tiene más fortuna que su espada quiero esos pechos. El hombre maduro. La niña virgen. Hombre maduro desea virgencita. María del Valle Quintanilla. La bella. La esposa del joven Alférez Alvear. Carlos María. Once años menor que San Martín. Dice. Ella dice. La Quintanilla. Veo que esos ojos, guerrero, se han posado en el encanto dulce y tierno de una palomita. La palomita. Remedios. La hija de los Escalada. Yo. José de San Martín. Que migré por voluntad propia del ejército de España. Habiendo servido de comandante en el Regimiento Mayor de Dragones de Sagunto con la graduación de teniente coronel me presento ante usted señorita niñita mujercita palomita florcita bomboncito florcita de nuevo bichito disculpe es que en Andalucía decir bichito es majo. Continuemos. Sigamos. Que bien me cae usted. Usted es una mujer hermosa. Usted es una mujer muy bella. Esa es su madre. Ese es su padre. Señora. Bajo ésta apariencia formal y rígida de soldado sin gusto se oculta un espíritu culto. Un hombre encantador. Sé que está mal que yo lo diga. Pero sí. Un hombre culto. Encantador. Pipí Cucú.